La cueva del Sidrón es la mayor cavidad
asturiana de calizas no carboníferas;
no obstante, el principal interés de
esta cueva reside en sus valores biológicos,
pues sirve de refugio a cinco especies de quirópteros
y cuenta con dos nuevas especies de coleópteros.
La cavidad posee, asimismo, un yacimiento prehistórico
con algunas pinturas rupestres.
Es un complejo kárstico que se abre
en calizas cretácicas y conglomerados
terciarios, con diez entradas conocidas que
se agrupan en diferentes sectores: el Sector
de la Tumba, que incluye la cueva y sumidero
de la Tumba; el Sector de la Cabañina,
que comprende la cueva y sumidero de la Cabañina
y las cuevas del Sidrón; los pozos de
Aura y el Sector de Salelagua, con la cueva
y resurgencia del Salelagua.
El desarrollo total topografiado es de 3.226
metros, y se distribuye en tres niveles: el
nivel superior, sin circulación de agua,
y compuesto por entradas y galerías fósiles
elevadas. El nivel intermedio, se localiza desde
la Tumba hasta Salelagua, y esta constituido
por una galería principal de recorrido
sinuoso, con morfología variada y diferentes
secciones.
Por último, el nivel inferior es solo
accesible en cortos tramos, recorrido por dos
cursos de agua entre los sumideros y la resurgencia
de Salelagua.
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