Por el Parque de Redes pasean todas las especies
características del norte peninsular.
El oso pardo, que merodea desde Peloña.
El lobo abunda por todo Redes, con zonas estables
de cría. Encontramos también las
mayores poblaciones de rebecos de la región
y ciervos reintroducidos y perfectamente adaptados.
El fastuoso urogallo, alimoches, águilas
reales y un sin fin de aves, reptiles y anfibios
se benefician del estado de conservación
del parque.
El hayedo es la formación vegetal dominante
en los montes de Redes, aunque estos albergan
importantes manchas de roble albar. Sus bosques
fragmentados por áreas de pasto y matorral
son los más destacados de las cuencas
altas de los ríos Nalón.
La acción de los ríos ha dado
lugar a la aparición de valles abiertos
que forman grandes vegas en sus fondos o a los
impresionantes desfiladeros de roca caliza,
como el del río Alba o el de los Arrudos.
El
hayuco, nutritivo fruto de las hayas, forma
parte de la alimentación de la preciada
fauna del Parque de Redes. Salteados por todo
el territorio, surgen fresnos, tejos, abedules
o acebos. En la alta montaña se desarrollan
los matorrales de enebro rastrero, con gayuba
en las peñas calcáreas y con brecina
y arándano en los substratos siliceos.
Las vegas de Redes son de impresionante belleza.
Aislada por los contrafuertes montañosos,
a 1.212 metros, se encuentra la vega de Brañagallones,
donde el antiguo albergue de cazadores se ha
convertido en un hotel.
|