En limite con León y Galicia, la zona suroccidental
de Asturias está influida por ellas tanto en
tradiciones como en costumbrismo culinaria. Una montaña
más bien suave, un boscaje espléndido
y un terreno muy propicio para las labores agrícolas
y ganaderas dan origen a una cocina fuerte y sustanciosa,
un tanto rudimentaria y bravía, pero encantadoramente
deseada y apetecible.
De un lado, Tineo, Allande, Cangas del Narcea, Ibias
y Degaña. De otro, Pesoz, Illano, Boal y Villayón.
Al oeste, en frontera con Galicia, Crandas de Salime,
Los Oscos. Taramundi, San Tirso de Abres y Vegadeo.
Tineo y Cangas del Narcea ponen marco de lujo al
potaxe de berzas a las preparaciones de caza jabalí,
corzo, venado ), a las carnes de vacuno, a los productos
del cerdo (embutidos, salazones...), a las truchas
fritas con jamón, al brazo de gitano, al requesón
con miel y a los frixuelos, a las empanadas, al chosco
y al botillo. Cangas del Narcea, por su parte, aún
testimonia el cultivo de la vid y la elaboración
de vino.
En Allande, además del pote de berzas que
es genérico en la comarca, han hecho especialidad
del repollo relleno, al que acompañan de un
buen vino de Cangas bebido en concos de madera; esos
que trabajan por Ibias y Dégaña donde
aún se siguen destilando tentadores aguardientes.
Los frixuelos y la tortilla al ron ponen nota de dulzura
en las gentes.
En Pesoz, Illano, Villayón y Boal tienen dos
palabras clave para su cocina: caza y ganadería.
Y una para su dulcería: miel. En toda esta
zona guisan muy bien el cabrito y el cordero, preparan
unos extraordinarios potes de berzas, obsequian con
formigos, rabadas y cereisolos y recolectan una de
las mejores mieles que se liban en el Principado.
Nuestro caminar por los fogones occidentales nos
lleva finalmente a Grandas, los Oscos, San Tirso de
Abres, Taramundi y Vegadeo. Una cocina, al igual que
el paisaje. que se halla entre un inmovilismo de tradición
rural y un breve despertar a la modernidad. La influencia
gallega es muy
apreciable en la mayoría de sus platos más
significativos, como pueden ser el caldo, el pote
de berzas o de nabizas, los garbanzos con callos,
el botelo con cachelos y grelos, el lacón con
grelos y las filloas. La cachola (cabeza del cerdo),
que por Tineo llaman caramietsa, con cachelos es también
plato muy frecuente, no sólo en estos municipios
sino en toda la comarca suroccidental.
En épocas de pesca el Eo y sus afluentes,
como el Narcea y los suyos, brindan la oportunidad
de buenos salmones, truchas, anguilas, lampreas y
reos.
El capítulo de quesos viene representado por
dos variedades: el Xinestoso, en Cangas del Narcea,
y el de Oscos, muy similar a los tetilla gallegos,
elaborado en Grandas de Salime. Quesos para complementar
ese pan que hacen por Taramundi o para acompañar,
en tono dulcero, con la miel que por allí se
recolecta.
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