Por David Fernández
Nuestro compañero inseparable Nel el Duernu no para de visitar
llagares. Alcuéntrome como en el llar, afirma con cierta
lógica. En esta ocasión nos acercamos hasta Lavandera, o
Llavandera, como ustedes prefieran. Allí se encuentra una de las
empresas más emblemáticas y representativas de la sidra
asturiana.
A las puertas de una de las naves nos espera Samuel, alma mater de Sidra
Trabanco, quien nos acompañará en el recorrido por las instalaciones,
con el fin de conocer con mayor profundidad los métodos de trabajo
y elaboración que utilizan en el llagar. Nada más adentrarnos
en la primera sala, el Duernu no puede reprimir el primer comentario:
Equí güele a vinagre. Samuel le explica que además
de elaborar sidra natural, comercializan otros derivados de la manzana
como el vinagre, bajo la empresa Lagares Asturianos, aspectos que trataremos
con mayor calma y profusión en otro reportaje.
Cuando ante nosotros se abre una majestuosa puerta de madera y aparece
un tunel excavado en la roca, Nel tiembla y se niega a entrar: que
ye eso, ta peroscuro, yo quédome fuera. Su temor desapareció
cuando Samuel encendió las luces y ante nosotros aparecieron como
por arte de magia decenas de toneles y depositos. ¿Cómo
ficisteis esto?, preguntó sorprendido el Duernu. Ya
taba fecho, respondió Samuel. Lo cierto es que es algo tan
inusual como digno de ver. Un antiguo túnel de la empresa Lieres-Gijón
S. A., que desde las cuencas tenía la intención de transportar
el carbón hasta el mar, por casualidades de la vida, y un poco
de ingenio e intuición empresarial por parte de la familia Trabanco,
acabo siendo aposento de barricas, mangueras y líquido patrio.
El túnel nunca vio pasar por entre su cuerpo al tren ni al carbón.
Cuenta la leyenda que la empresa se arruinó, e incluso que su máximo
mandatario se suicidó. Pero el Duernu, a pesar de ser investigador,
prefiere dejar las cábalas y probar el primer culín. Como
espalma, vaya pegue, vaya color... y cuando Nel introduce la sidra
en la boca y le recorre todo el cuerpo, una sensación de placer
le invade. Tá buenísima, esti añu tien más
complexidá. En ese momento Samuel nos explica la diferencia.
Por primera vez y junto con otros tres llagares, van a hacer sidra con
variedades exclusivamente autóctonas seleccionadas para la futura
Denominación de Origen. En el caso de Trabanco serán alrededor
de 400.000 litros elaborados a partir de regona, raxao, verdialona, blanquina,
perezosa, limón montés... variedades muy asturianas y de
bonito nombre algunas de ellas.
Y lo más interesante es que el 75% de esas manzanas pertenecen
a pumaradas propias. Nada más y nada menos que 80 hectáreas
repartidas por la geografía asturiana, Noreña, las cuencas
del Caudal y del Nalón, Lavandera, San Martín de Huerces...
Algo que ningún otro llagar posee, ni siquiera muchas bodegas de
vino. Y precisamente en similitud, que no comparación con el mundo
vitivinícola, Trabanco practica la poda en verde el año
que el manzano viene cargado de frutos. Así se intenta evitar,
en la medida de lo posible, la carencia de manzana asturiana que cada
dos años llama a nuestra puerta.
Al Duernu, después de varios culinos de depósitos, toneles
y finalmente botellas, se le empieza a soltar la lengua: Eso ye
perimportante, porque dexuruquasina llogramos facer meyor sidre
y exportalo meyor, incluso fuera del estáu, y algamar el mercau
americanu.... No tuve más remedio que taparle la boca ante
la posibilidad de que un discurso patriótico e inconformista nos
produjera daños irreparables en nuestros tímpanos. Esta
nueva sidra con variedades autóctonas de Trabanco, tendrá
una etiqueta diferente y se comercializará a un precio ligeramente
superior al actual. Pero merecerá la pena, así que ya pueden
ir descontando los días que faltan para encontrarla en chigres
y sidrerías, allá por el mes de junio.
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