Uno de los aspectos que se han tenido en cuenta a la hora de elegir las
22 variedades de manzanas seleccionadas pata la denominación de
origen de la sidra es su resistencia a las plagas y enfermedades.
Las enfermedades más frecuentes en las manzanas son el moteado,
el chancro, la monilia o el oidio, mientras que entre las plagas que afectan
al fruto se cuentan gusano de la manzana, pulgones, roedores y ácaros.
El programa del manzano de sidra del Serida ha trabajado en los últimos
años en el tratamiento de estas enfermedades y plagas, emprendiendo,
además, diversas campañas entre los profesionales para la
optimización de las pomaradas.
Por otro lado, el Serida también se ha enfrentado al secular problema
de la vereda o alternancia bianual en las cosechas, un aspecto que ha
hecho que muchas personas duden de la verdadera viabilidad de la denominación
de origen de la sidra.
Los estudios desarrollados durante los últimos años han
permitido aminorar los efectos de la vereda. Para regularizar cosechas,
los expertos apuntan que es preciso elegir unas variedades que tengan
una resistencia natural a este problema, pero también llevar a
cabo una serie de trabajos en las plantaciones y en los árboles,
como el acarreo y puntos de fructificaciones.
En este sentido, juega un papel importante la profesionalización
del sector cosechero. En los últimos tiempos se ha avanzado mucho,
pero el reto de modernización de la sidra sigue estando en las
pomaradas, sobretodo después de que los productores hayan realizado
un importante esfuerzo, con el apoyo de las administraciones, para que
sus bodegas dispongan de tecnología más puntera.
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