El reglamento de la Denominación de Origen recoge 22 variedades
de manzana para la elaboración de sidra.
Son algo así como las manzanas del paraíso lagarero. Son
las variedades seleccionadas por el Servicio Regional de Experimentación
y Desarrollo Agrario (Serida) para que sirvan de materia prima a la sidra
que se elabore bajo la denominación de origen, marca de calidad
y protección que en estos momentos tramita el sector ante el Ministerio
de Agricultura.
Con todo, el reglamento de la denominación, para favorecer la
adaptación de cosecheros y elaboradores a la marca, prevé
un plazo de siete años para que puedan utilizarse cualquier manzana
asturiana de sidra, pero siempre y cuando las seleccionadas sean mayoritarias
en el proceso de producción. Así, en un principio, habrá
dos registros de cosecheros: uno para los que únicamente se dediquen
a las especialidades principales, y el otro, que acabará desapareciendo
en cuanto se acabe el plazo, para los que produzcan también del
resto.
Éstas son las características principales de las manzanas
seleccionadas para la denominación.
Raxao: Es una variedad ácida. Fruto de tamaño mediano
y de forma redonda bastante aplanada. Su epidermis es rayada, de color
rojo, y presenta la zona más expuesta al sol una tonalidad naranja
- marrón sobre fondo verde. Se trata de un fruto productivo y poco
sensible a enfermedades, aunque tradicionalmente se ha mostrado bastante
vecero. El árbol florece en la segunda quincena de mayo y se recolecta
en la primera de noviembre.
Xuanina: También es ácida se trata de un fruto de
pequeño tamaño de forma oblonga y con una coloración
roja con estrías rosadas. El fondo es amarillo o ligeramente verdoso.
Es poco sensible a todas las enfermedades, aunque presenta algunos problemas
con el oidio. Florece en mayo y se recolecta a finales de octubre o principios
de noviembre.
Teórica: Variedad ácida, de pequeño tamaño
y forma troncónica. Presenta un color rojo violáceo que
puede cubrir de la mitad a la totalidad de la superficie, sobre un fondo
verdoso. Entra con rapidez en producción, aunque de forma tradicional
se ha caracterizado por su sensibilidad a la vecería. La floración
tiene lugar a finales de abril y la recolección se debe realizar
durante los primeros días de noviembre. Los expertos la recomiendan
especialmente para las plantaciones densas.
Blanquina: Es otra de las especialidades ácidas incluidas
en la nómina de manzanas contempladas en el reglamento de la denominación
de la sidra. Se trata de un fruto de pequeño o mediano tamaño
que presenta una forma troncónica algo aplanada y con una textura
cerosa. Su color es amarillo blanquecino. Entre las ventajas de este fruto
se cuenta su gran resistencia a las enfermedades y su elevada producción.
Hay que tener en cuenta que en los primeros años puede presentar
escamas en la corteza, que posteriormente desaparecen de forma natural,
por lo que no hay que confundir este fenómeno con la enfermedad
el chancro. Florece en mayo y madura desde finales de octubre a mediados
de noviembre.
Verdialona: Es una manzana dulce de pequeño o mediano tamaño
que presenta un color que va del amarillo verdoso al amarillo blanquecino,
con unas tonalidades marrones en las zonas más expuestas al sol.
Resulta especialmente interesante porque es resistente a la vecería
y a las enfermedades, aunque hay que tener cuidado con el oidio. Madura
a partir de mediados de noviembre, tras haber entrado en floración
en mayo.
Regona: Es la única variedad ácido-amarga incluida
en la selección realizada para la puesta en marcha de la denominación
de origen para la sidra asturiana. Tiene un tamaño medio que puede
llegar a ser considerado como pequeño cuando se produce una sobrecarga
en la producción. Tiene forma aplanada y un color verde o amarillo-verdoso
con tonos marrones en las zonas a las que más les da el sol. La
"regona" es un tipo de manzana que a lo largo del tiempo se
ha revelado bastante resistente a la vecería y cuenta con la ventaja
de que entra rápido en producción y que ésta es ciertamente
abundante. Tras florecer en mayo, está lista para la recolección
en los últimos días de noviembre.
Clara: Es la única manzana amarga que se permitirá
para la elaboración de sidra acogida a la denominación,
una vez que concluya el periodo de adaptación. Estamos ante un
ejemplar de pequeño o mediano tamaño y con color amarillo.
Presenta una resistencia apreciable a la alternancia bienal de cosechas,
siempre que se tenga en cuenta una serie de cuidados básicos.
Meana: Representante de la variedad amarga-semiácida en
el reglamento. Es mediana de tamaño y tiene un color rosado con
estrías rojo - violáceo que cubren más de la mitad
de la pieza.
Coloradona: Única especialidad dulce - amarga. Es un fruto
bastante grande, de forma troncónica aplanada y de color rosa algo
púrpura sobre un fondo amarillo - verdoso.
Collaos: Manzana semiácida, poco vecera y de producción
elevada. Presenta una floración tardía y está lista
para recoger en los últimos días de noviembre. Tiene una
forma cónica y color verde o amarillo verdoso.
Prieta: Manzana semiácida algo sensible a la enfermedad
del chancro. Su tamaño es medio y tiene forma globulosa. Color
verde o amarillo verdoso y manchas en marrón anaranjado.
Panquerina: Representa en solitario a las manzanas semiácidas
- amargas permitidas para la futura denominación de origen sidrera.
Tiene forma redonda algo aplanada y una tenue coloración marrón
anaranjada. Se trata de un ejemplar productivo y poco vecero. Florece
en mayo y está recomendada para plantaciones densas.
Otras: Dentro de las ácidas se cuentan la durona de Tresali,
limón montes, sanroqueña y fuentes. La ernestina es dulce,
mientras que la solarina, de la riega, carrió, perico y perezosa
son de las semiácidas.
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