COSTUMBRES Y TRADICIONES
Por Emiliano
Una de nuestras principales costumbres y tradiciones que
existen en el consumo de nuestra querida bebida es que,
cuando acabamos de saborear un buen culete de
sidra, siempre dejamos para posteriormente tirar un poco
de esta sidra, la pequeña porción que nos
queda al final del vasu.
La gran mayoría de las personas considera que esto
forma parte de un acto de higiene, ya que al tirar hacia
el suelo esta pequeña parte de sidra, solemos hacerlo
por el lado y el borde por donde hemos bebido, aunque esto
tenga alguna contradicción que luego explicare.
Esta tradición y costumbre tan arraigada y obligatoria
que tenemos cuando bebemos un vasu de sidra
no es mas que un acto de agradecimiento hacia la sabia naturaleza,
ya que desde tiempos muy lejanos nuestros antepasados los
celtas tenían por norma y costumbre agradecer de
este modo a la naturaleza, con los frutos que ella les daban,
( manzana-sidra-derivados).
Entre otras muchas, esta acción representaba para
ellos una especie de dogma sagrado, (ellos que tenían
tantos dioses...) y la relación bebida-naturaleza
era muy profunda, sentimental y agradecida, hemos de recordar
que reverenciaban el arado, el sol y los avellanos (que
tradiciones seguimos teniendo con este árbol ), lo
que nos demuestra su apego a la tierra.
Una de las contradicciones que se observa es la siguiente;
la sidra como todos sabemos es una bebida que forma parte
de un ritual que casi siempre es colectivo, donde se juntan
varias personas para su consumición, se comparte
amistad, prima la camaradería , el buen ambiente,
y desde siempre por tanto se ha compartido el mismo vasu
para todo el grupo, esta es una de las contradicciones,
ya que teóricamente en este caso no podríamos
hablar de higiene.
Otra de las costumbres que deberíamos de reclamar
es la de mover ligeramente la botella (algunas sidrerías
lo hacen) y, en posición invertida para facilitar
de esta manera la perfecta homogeneización, de la
mezcla y para que no permanezcan en el fondo los (posibles)
posos sólidos (madre) sin mezclar, consiguiendo de
esta manera apurar al máximo el sabor de la sidra
contenida en la botella, además conseguiremos despertar
el dióxido de carbono con lo que facilitamos correctamente
la acción de abrir y espalmar.
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