El comportamiento en vaso de
sidra |
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La
evaluación de las propiedades espumantes en la cata
de bebidas como el cava y/o champagne, la cerveza o la sidra
tiene una gran repercusión sobre la apreciación
de la calidad de éstas, probablemente, por ser el
primer atributo que se percibe en el momento de la degustación.
Los descriptores sensoriales relacionados con las propiedades
de la espuma de estas bebidas son específicos y característicos
de cada una de ellas: mientras en la cerveza se valora positivamente
la formación estable de una espuma de carácter
seco, en el cava es importante la liberación continua
de gas carbónico y la formación de un rosario
de burbujas en la superficie del líquido y en el
caso de la sidra natural asturiana, las propiedades espumantes
están englobadas bajo la denominación de comportamiento
en vaso. Este concepto incluye los atributos sensoriales
de espalme, pegue, aguante y cantidad de gas.
El espalme está relacionado con
la inestabilidad de la espuma que se forma en el momento
de ser escanciada la sidra, de tal forma que se obtiene
un espalme correcto cuando la espuma desaparece rápida
y totalmente de la superficie del líquido.
Con el pegue se pone de manifiesto la
adherencia de la espuma sobre el vaso de sidra. Una valoración
positiva del pegue se produce cuando se adhiere una fina
espuma.
El aguante se relaciona con la velocidad
de liberación del gas carbónico desde el seno
del líquido una vez escanciada la sidra; si el gas
desaparece rápidamente el aguante es deficiente.
La concentración de carbónico
disuelto (ácido carbónico, bicarbonato y carbonato)
y aquél que está ligado a partículas,
cationes como el calcio y el magnesio y macromoléculas
como las proteínas, influye directamente en el atributo
cantidad de gas. Si la concentración de gas carbónico
total es baja, la sidra se valora negativamente.
Estos atributos sensoriales se ven afectados
por la composición química de la sidra, por
lo que es deseable conocer la influencia de la tecnología
de elaboración sobre aquella, a fin de ejercer un
control más eficaz del proceso de obtención
de la sidra.
La espuma se puede describir como un
sistema coloidal donde las burbujas de gas (carbónico)
están dispersas en un medio líquido (sidra).
La estabilidad de la espuma, es decir, la vida de las burbujas,
depende de factores que afectan al espesor de la película
que rodea al gas. Esos factores son, principalmente, el
drenaje de líquido entre burbujas, que elimina la
interface gas- líquido, la fusión entre burbujas
o coalescencia y el tamaño de éstas. También
influyen variables como las características físicas
del medio líquido, en especial, la viscosidad, que
depende de la concentración de azúcares y
macromoléculas corno polisacáridos y glicoproteínas,
y la tensión superficial, la cual disminuye con la
presencia de moléculas tensoactivas, como las proteínas.
Nuestra experiencia puso de manifiesto
el efecto negativo de elevadas concentraciones de pectina
sobre el comportamiento en vaso, debido a que el incremento
de la viscosidad provocado por este polisacárido
limita el drenaje de la fase líquida, estabi- lizando
así la espuma. Otras moléculas de menor tamaño,
como el etanol, ciertos al- coholes superiores como el 2-feniletanol
y 1 -propanol o el anhídrido sulfuroso, mejoran las
características espumantes de la sidra, ya que desestabilizan
la espuma. Una posible explicación es que su menor
tamaño les permite acceder mejor a las cavidades
entre burbujas, impidiendo la entrada de moléculas
más grandes, como las proteínas. El anhídrido
sulfuroso puede romper los puentes disulfuro que unen las
cadenas de polipéptidos que forman las proteínas,
alterando así su estructura y con ello, su capacidad
para estabilizar las burbujas.
CONSECUENCIAS TECNOLÓGICAS
La tecnología del proceso de elaboración
de la sidra condiciona su composición química,
y como hemos visto, sus propiedades espumantes. La utilización
de una manzana excesivamente madura produce mostos con elevado
contenido de pectina, debido a la mayor solubilización
de este polisacárido en el fruto. La fermentación
de estos mostos puede dar lugar a sidras con altos niveles
de pectina y consecuentemente, con propiedades espumantes
deficientes.
La utilización de sistemas rápidos
de extracción produce mostos con alto contenido en
sólidos y una proporción mayor de proteínas.
Dado el carácter tensoactivo de éstas, la
espuma es más estable y el comportamiento en vaso
de la sidra se ve afectado negativamente. La extracción
de proteínas en el mosto puede limitarse si existe
en la manzana suficiente cantidad de polifenoles. Estos
compuestos, al ser oxidados por la acción del aire
y las polifenoloxidasas, son capaces de fijar proteínas
durante la fase de extracción del mosto (maceración
+ prensado).
En cuanto al proceso fermentativo, cabe
señalar que la producción de 1-propanol y
sulfuroso por levaduras fermentativas del género
Saccharomyces, está regulada genéticamente.
Por ejemplo, determinadas cepas de levaduras que son incapaces
de acumular sulfuros producen grandes cantidades de 1-propanol.
Otras cepas, tienen la capacidad de liberar sulfuroso durante
el proceso de asimilación de azufre, en la fermentación
alcohólica. Cabe destacar también que la actividad
proteolítica de las levaduras salvajes favorece la
eliminación de proteínas. Además, algunas
Saccharomyces tienen la capacidad de degradar la pectina
(actividad pectinolítica), lo que determina la concentración
residual de pectina en la sidra. Por tanto, cabe concluir
que la actividad de los microorganismos a lo largo del proceso
de elaboración de la sidra puede repercutir de manera
muy significativa en sus propiedades espumantes.
Otros factores tecnológicos como
la temperatura y concentración de sólidos
afectan a la acumulación de alcoholes superiores,
por ejemplo, los amílicos y el 2-feniletanol. Se
ha verificado que la fermentación a mayor temperatura
y en presencia de sólidos estimula la producción
de alcoholes superiores beneficiosos para el comportamiento
en vaso, aunque una concentración excesiva limita
las características aromáticas de la sidra.
En consecuencia, la utilización
de una materia prima con un nivel de maduración apropiado
y una mezcla de manzana con una concentración suficiente
de polifenoles, obtenida mediante una adecuada proporción
entre los diferentes bloques tecnológicos (dulce,
amargo, ácido, etc.), la inducción de la fermentación
con una cepa fermentativa del género Saccharomyces
seleccionada por sus aptitudes sidreras, la regulación
de la población de levaduras salvajes y el control
de la temperatura de fermentación y nivel de sólidos,
son elementos que el elaborador debe tener en cuenta a fin
de controlar el comportamiento en vaso de la sidra natural
asturiana.
Fuente: 1999 (SERIDA) Principado de Asturias,
con la colaboración técnica de : Anna PICINELLI
LOBO, Juan J. MANGAS ALONSO
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